Intentos

Me siento en una silla ante una hoja en blanco. Es una enorme hoja, casi gigantesca. La miro con cierta timidez y casi la venero. Ella me devuelve la mirada llena de arrogancia.
Cojo un boligrafo con la mano temblorosa y sudorosa, y poco a poco la acerco a esa página blanca que cada vez es más grande y más altiva.
Primer intento.
Mi mano suelta el bolígrafo a pesar de que ansio escribir. El bolígrafo azul esta helado, frio, inherte.
Segundo intento
No me doy por vencida. De nuevo ataco; y como si de dos imanes del mismo polo se tratasen, hoja y boligrafo se repelen.
Tercer intento.
Agarro el bolígrafo con todas mis fuerzas, como si me fuera la vida en ello (bien, de alguna manera así es)
La hoja hace una finta y me dedica una sonora carcajada.
Cuarto intento.
Como buen guerrero que se aprecie, yo no me rindo.Cada vez estoy más convencida de que soy capaz de hacerlo. Vaya, eso creo.
Decido darme un respiro.
Voy a la Transtienda para comprobar que esta lucha es por uno de mis Sueños.
Abro cajas y cajas, reviso estantes y estanterías. ¡Y allí está! Escondido, cubierto de polvo, consumido por el tiempo. Su aspecto esta muy desmejorado y al principio me ha costado reconocerlo.
Necesita tiempo. Necesita acostumbrarse de nuevo a la luz. Lo cojo con dulzura, y hasta que no lo tengo entre mis brazos no me doy cuenta de cuanto lo había echado de menos.
Quinto intento.
Cojo de nuevo el bolígrafo; ya no está tan frío. Lo acerco a la hoja con seguridad y templanza. Apoyo la punta azul en la hoja mientras esta parece estremecerse.
Ya casi lo tengo. La hoja ya no parece tan grande.
Y como aquel que aprende a ir en bicicleta y nunca más lo olvida.....yo vuelvo a escribir.