viernes, febrero 13, 2009

Ejercicio

Ejercicio p ara conocerse a uno mismo: escribe 15 cosas sobre ti.
1.- Me llamo Elia, nombre heredado de mi madre y en consecuencia creo que nací con una carga.
2.- He vivido durante años en un infierno y otros tantos en una vitrina de cristal.
3.- Alguien confió en mí más que yo misma.
4.- Mis hijas me han enseñado más cosas que todos los profesores y catedráticos que he tenido en mi vida.
5.- Odio la soledad.
6.- Me considero una persona fuerte.
7.- Vivo de los sueños y por los sueños, aunque a veces me olvide de ellos.
8.- Una de las metas de mi vida es conseguir que mi gente sea feliz.
9.- La vida me ha dado demasiados palos, pero he sabido salir adelante.
10.-Me fascina la historia y las antiguas civilizaciones. Sí, yo veo los documentales de la 2.
11.- Cada cierto tiempo me planteo mi vida.
12.- Por las noches me emociono de todo lo que he consegido hasta ahora.
13.- Pocos me conocen como soy realmente. No me gusta que nadie sepa mis puntos flacos.
14.- Siempre he estado a la sombra de mi hermano, pero poco a poco ilumino con mi propia luz.
15.- A veces me cabreo con el mundo para no cabrearme conmigo misma.
16.- Cada vez echo más de menos a mi padre. Me quedaron muchas preguntas sin respuestas en el tintero.
17.- Creo que las cosas no pasan porque sí.
18.- Creo en los 7 Hermanos: Sueño, muerte, delirio, deseperación, destrucción, deseo y destino.
19.- Mi pasión es escribir.
20.- No concibo una casa sin libros.
21.- Todavía conservo un ápice de inocencia.
22.- Me gusta sentir en mi piel los priomeros rayos de sol de la primavera y la primera brisa de otoño. Me hacen sentir viva.
23.- Prefiero vivir dia a dia a penser constantemente en el futuro.
24.-Me gustan los enigmas y misterios de la vida.
25.- Cada dia intento aprender algo nuevo.

viernes, mayo 09, 2008

Hermanos

La lluvia repica contra las ventanas. Es ya de noche y el silencio preside la estancia.
Marieta sentada en el mismo escaño donde un día dió a luz a su primer hijo, pasa las horas. Con los brazos caídos encima la mesa camilla y los pies a buen recaudo, cerca del brasero, antaño de brasas ahora eléctrico se siente cansada.
Demasiado han cambiado las cosas, se lamenta.
Observa con detenimiento la cocina y mira con cierta lástima y nostalgia la chimenea negruzca por el paso del tiempo y sedienta de lumbre.
Encima de la mesa no falta la fotografía de Santiago, el difunto marido quien la observa desde un marco de plata, tal vez de lo único que le han regalado sus hijos; esos hijos que la visitan tan poco y a quien les dió todo.
Pero Marieta ya esta cansada, cansada de vivir acompañada de la soledad y el silencio.
Lentamente se levanta con un gesto de dolor en su rostro, y se lleva la mano a la espalda; esa espalda que tanto le ha fallado y tantos dolores le ha dado. Empieza a andar arrastrando los pies, esos pies tan cansados de soportar el peso de toda una vida.
Marieta se acerca a la puerta y justo en el momento de abrirla, alguien llama al timbre. Con una sonrisa casi sin dientes la abre y saluda a una joven pálida de pelo negro.
- Te esperaba hace tiempo-le comenta con mucho respeto.
- Lo sé, pero aún no estabas preparada- contesta la joven con una dulce y protectora voz.
- Puedo pedirte un favor?-pregunta.
- Dime-
- Hazlo mientras sueñe- le suplica.
- Así será.
Detrás de la joven , una silueta alta y delgada sale de la oscuridad. Un chico con la misma tez blanca que la joven se acerca a Marieta.
- Por favor Hermano, haz los honores- comenta.
- No te acostumbres - replica el chico.
Un suave caricia envuelve el rostro de Marieta. Una delicada brisa peina sus cabellos blancos.
Y Marieta se duerme, y sueña que recorre, de nuevo, los campos de trigo, y se siente joven, y se olvida de la espalda y de la soledad, y...de nuevo se siente viva mientras, cogida de la mano de la joven se alejan por un camino inexistente.
- No tengas miedo-
- Ya no lo tengo- le contesta mientras sus figuras se van desvaneciendo poco a poco.

viernes, marzo 28, 2008

Noche oscura sobre la ciudad

Alguien me preguntó- ¿Donde esta la Akari que conocí, la Dendha que descobrí y la Elia que eras?.
Y la verdad es que no supe que responder. Así que hoy, en mi viejo bar, con antiguos compañeros de café, me he preguntado- ¿dónde estoy?- y por fin me he encontrado.
Va por tí. BXT


"Al son del silencio de la noche, un transeunte pasea cigarro en boca y manos en los bolsillos.
Mientras camina, suelta sus pensamientos a la brisa de marzo, los alibera de su jaula, fría, oscura. Ya no los necesita.
La noche silenciosa, sombría y húmeda se apodera del hombre, del caminante, que se ajusta la chaqueta y levanta su solapa para darle algo de calor a esa garganta malherida por la cantidad de humo tragado a lo largo de los años. El hombre se pregunta cúantos, y él mismo se responde - demasidos-.
Camina con pasos cansados y pesados que retumban en medio de la nada y en mitad de todo. Recuerda como eran sus pasos hace mucho; ligeros, firmes, seguros. Nada que ver con los de ahora.
La espalda, encorbada por el peso que carga desde que tiene uso de razón, relantiza esos pasos, esos andares.
En sus labios aparece una tímida sonrisa cuando la noche oscura cae sobre la ciudad; se siente comprendido, hace muchos años la oscuridad se adueño de él.
Una fulana se le acerca. Él no busca compañia, no la necesita, porque su mejor amiga esta siempre con él, es la soledad; con ella discute se enfada, dialoga...pero sabe que esta jamás le abandonará.
El cigarro se consume entre sus labios resecos y la ceniza cae a su antojo por la vieja y sucia chaqueta.
La oscuridad va clareando, la ciudad empieza a despertarse, el silencio se va escondiendo. - Ya es hora de dormir-dice, mientras entra en su caja de cartón- ahora la ciudad es de los otros."

jueves, febrero 21, 2008

Miro hacía atrás y solo veo pisadas sobre la arena. Nada.
Miro hacía adelante y veo un mundo desconocido. Todo.
A mi lado Miedo me acompaña . Sueño, hace tiempo que le abandoné.
Nada es como fue. Nada es como será.
Que lejos queda el futuro!( si existe tal cosa).
En el ayer estabas siempre junto a mi. En el presente a ratos estas, cada vez menos, cada vez con menos intensidad, con menos entusiasmo; cada vez menos nosotros, cada vez más tu o yo. En el futuro.... ya no creo en él ,como tampoco en Destino.
Y me muero en los silencios, y ahogo mis llantos en la noche, y anhelo tus besos.

viernes, octubre 19, 2007

Bienvenida de nuevo



Recuerdo que me desperté en una gran sala demasiado blanca y demasiado vacía. No sabía donde estaba, ni como había llegado allí, ni que demonios hacía en esa sala un tanto espeluznante.
Esperé sentada a que alguien o algo contestara a mis preguntas.
El tiempo fué pasando.
Así que decidí observar todo el vacío que me rodeaba y a pesar de ello, algo en el ambiente me resultaba familiar, pero qué?
Cuando la espera empezó a ser agobiante, decidí buscar una salida. Examiné y recorrí cada centímetro de pared blanco nuclear. Total, pensé, si he entrado....puedo salir.
Poco a poco mi serenidad fue dejando paso a la desesperación, miedo, terror y locura.
No sé cuanto tiempo estuve allí tirada, llorando, riendo, temblando. A ratos mi cuerpo se convertía en un perfecto ovillo, otras veces el blanco tan blanco de las paredes penetraba de tal manera en mis ojos, que creía ver lucecitas como si de luciernagas se tratara.
En ese punto oí una voz.
-Creo que por hoy ha sido suficiente.
La voz me relajó, me calmó. La locura fue dejando terreno a la cordura, a la serenidad...Hasta que me di cuenta que esa voz ,era Su voz. Entonces me encabrité, me enojé, me enfadé, pateleé, grité, lloré y por fin, reí.
-Tenias que ser tú, por supuesto.- Dije, mientras una figura aparecía de la nada.
Soltó una ligera carcajada.
-Touché. Pero has tardado mucho en darte cuenta.
-Viejo cabrón-escupí.
-Yo también me alegro de verte.- Su voz parecía sincera, pero nunca te puedes fiar, y menos de él.
-Creí que habías muerto-le dije.
-Curioso, yo creí lo mismo de tí.-contestó.
Le miré desconcertada.
-Veo que aún no lo has ententido, pequeña.-
Como me sentía de protegida cada vez que me llamaba "pequeña" con tono paternal.
-Te explicaré algo - continuó- Estás en Tú sala de sueños. Y como ves, está vacía. ¿Que te ha pasado?¿Dónde han ido a parar tus sueños?
-Desaparecieron el día que te dí por muerto.- Contesté mientras me mordía el labio de pura impotencia.
- De nuevo,curioso, porque yo desaparecí el dia que decidiste matar a tus sueños.- Respondió.
Le miré a los ojos. Esos ojos llenos de templanza. Y en ese momento me derrumbé. ¿Tanto le había echado de menos?. Mis manos intentaron ocultar miles de lágrimas que se precipitaban al vacío.
-Sand...Sandman. Lo siento.
Y por primera vez desde que nos conocíamos, me abrazó.
-Tranquila, pequeña.- Con sus delicados dedos me secó las lágrimas- También yo te he echado de menos.-
Y mientras me dedicaba una sonrisa bañada con algo de melancolía, me dijo- Pequeña, bienvenida de nuevo.

viernes, julio 20, 2007

La estación



Hoy me he acordado de una vieja estación con cristales rotos, con billetes expendidos por hombres con gorras; también de un viejo tren con asientos de listas de maderas, con gente con gallinas como mascotas, con bultos y bultos, con ese olor a rancio, con mujeres vestidas de negro y ni un ápice de alegría ni de tristeza en sus rostros, con caballeros fumando puros, dejando en el aire un humo denso grisáceo y algo blanquecino, mezclandose el olor a tabaco amargo con la ranciedad del ambiente.
En el apeadero gente inverosímil, gente por doquier miraras por donde miraras. Niños jugando con aros y pelotas de piel, alguno con sombrerito de marinero y una hilo en su mano, que , al alzar la mirada acababa en una cometa de colores apagados. Todos con un mismo fin, coger el último tren parado en la vía. Una vía que iba a ninguna parte, una vía que venía de ningún lugar.
Hoy me he acordado de que a mi lado estaba mi amor, vestido con su mejor uniforme, impecable todo él sin ninguna arruga, con las botas recién lustradas por algún subordinado.
También me he acordado del sonido de un silbato y al grito "pasajeros al tren!", la gente subiéndose a él con pasos cansados, con pasos lentos, como sin querer subir, pero sin quererse quedar en ese apeadero ruinoso y algo sucio.
Recuerdo mis lágrimas al tener que despedirme, y sus ojos brillantes al dejarme. "quiero ir contigo"le dije. "Este no es tu tren, y ojala no fuera el mio". A los pocos minutos, el andén ya esta vacío, y en el tren no cabe ni un alfiler. Entre manos y caras, le distingo. Allí de pie, sigue tan altivo como siempre.
En tren empieza a marchar despacio, como con desgana, sabiendo que no va a ningún sitio, a sabiendas que no llegará a ninguna estación más.
Y allí de pie, en medio de la nada, recuerdo que yo sigo viva, y él no.

miércoles, junio 20, 2007

Se acabó

Atrás quedan sueños y proyectos, algunos cumplidos, otros no. Estó se acabó. Mis 24 niños han echado a volar y me han dejado huérfana. Han habido lágrimas, y abrazos y besos. Nos hemos despedido en la misma puerta que un día, hace más de 9 meses cruzé tímida y ansiosa por saber que me deparaban esos diablillos.
Todos se han ido, y en el aula tan solo vacio y silencio. Buff, que raro es ver una clase en ese estado.
Paredes vacías con marcos de polvo, dejando vislumbrar que antes había estado colgado un dibujo de un barco o de una estrella, o tan solo un letrero con letra de niño que ponía "para Elia"
Así es esta profesión que tantos envidian por las largas vacaciones que tenemos, pero sin pararse a pensar que durante más de 9 meses hemos estado educando y enseñando a futuras generaciones, sin pensar en que en las sobremesas de casa las conversaciones giran entorno a esos peques; sin cuestionarse que al llegar a casa ya estas preparando cosas para mañana; pensando en que seguro que fulanito hoy ha estado más motivado; preocupándote por cada uno de los 24. Pensando en sus familias, unas muy desestructuradas, otras no tanto.
La gente que tanto nos enviada, no piensa en que durante más de 9 meses nos peleamos con servicios sociales, que pedimos demandas para atender a los que necesitan un refuerzo, que nos desgastamos psíquicamente, que nos peleamos con padres y con autoridades.
Hoy mis peques me han dejado atrás, pero con la certidumbre de que cada uno de ellos se lleva un pedacito de mí.


P.D: Un secreto, hasta mediados de julio seguimos trabajando.